Prevenir, detectar y tratar la pérdida auditiva tiene beneficio para las personas que, en ocasiones, son estigmatizadas y rechazadas en el ámbito social, educativo y laboral.
Susana Sánchez28 de septiembre 2021. 9:23 am
En el marco del Día Mundial de la Sordera, 28 de septiembre, es importante destacar que prevenir, detectar y tratar la pérdida auditiva supone un beneficio para las personas que en muchas ocasiones son estigmatizadas y rechazadas en el ámbito educativo y laboral.
La OMS, Organización Mundial de la Salud, informa que, en los países en desarrollo, los niños con pérdida de audición y sordera rara vez son escolarizados; entre los adultos la tasa de desempleo es más alta u ocupan puestos en categorías más bajas a sus conocimientos y habilidades.
Incidencia en aumento de la pérdida auditiva
En México existen 2,3 millones de personas con discapacidad auditiva, de las cuales el 34.4 % tienen entre 30 y 59 años y 47.4% son mayores de 60. Tres de cada mil recién nacidos también la presentan.
La OMS reporta que en el mundo 1500 millones de personas viven con algún grado de pérdida de audición, de las cuales unos 430 millones necesitan servicios de rehabilitación. Para el 2050 está previsto que haya casi 2500 millones de personas y que al menos 700 millones requieran rehabilitarse.
Distinguir sordera y pérdida auditiva
Hay que distinguir entre discapacidad auditiva y sordera, la primera consiste en la dificultad para percibir de manera usual el sentido del oído, mientras que la sordera es la pérdida total de la capacidad auditiva, el sentido del oído no es funcional ni puede ser auxiliado por aparatos auditivos y su principal canal de información es por medio de la visión y su lenguaje es a través de la lengua de señas.
Cuando una persona sufre pérdida de audición no es capaz de oír y su umbral de audición en ambos oídos es igual o mejor que 20 dB, cuando de acuerdo con expertos se considera que 85 decibelios (dB) es el grado normal.
Tipos de pérdida auditiva
La pérdida auditiva puede ser leve, moderada, grave o profunda y probablemente afecte a uno o ambos oídos, con lo cual se dificulta oír una conversación o sonidos fuertes.
Hay personas cuya pérdida de audición es entre leve y grave, se comunican generalmente mediante la palabra, se auxilian con audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos. Sin embargo, las personas sordas oyen poco o nada y son quienes usan la lengua de señas para comunicarse.
Causas que predisponen a la pérdida de audición y la sordera
Estas pueden deberse a causas genéticas, complicaciones en el parto, algunas enfermedades infecciosas, otitis crónicas, exposición a sonidos fuertes, uso de medicamentos ototóxicos y envejecimiento.
En población infantil cerca del 60% de la pérdida de audición se debe a otitis y complicaciones congénitas que pueden prevenirse con medidas de salud pública.
Desafortunadamente debido a prácticas de audición poco seguras, más de 1000 millones de jóvenes adultos corren el riesgo de sufrir una pérdida de audición evitable y permanente.
Factores perinatales como: asfixia al momento del parto, hiperbilirrubinemia, bajo peso al nacer. En infancia y adolescencia otitis crónicas, presencia de líquido en el oído, meningitis y otras infecciones.
En la edad adulta y edad avanzada enfermedades crónicas, tabaquismo, otosclerosis. Y factores a lo largo de la vida como tapón de cerumen, traumatismo en el oído o la cabeza y ruido/sonido fuerte.
Prevención y tratamiento
Pueden aplicarse estrategias eficaces como la vacunación ya que es fundamental prevenir la pérdida de audición desde periodos prenatales y perinatales hasta edades avanzadas, buenas prácticas de atención materna y de puericultura, asesoramiento genético, detección y tratamiento de afecciones comunes del oído, programas de protección de la audición en el ámbito laboral.
Ante la exposición a ruidos y productos químicos se necesitan estrategias de escucha segura para reducir la exposición a sonidos fuertes en entornos de ocio.
Al detectar la pérdida de audición es fundamental comenzar a tratarla lo antes posible y de manera adecuada con el uso de tecnologías auditivas, como audífonos, implantes cocleares e implantes de oído medio; lenguaje de señas y otros medios de sustitución sensorial, como la lectura de los labios, el sistema de deletrear palabras en la palma de la mano, el método Tadoma y la comunicación por signos.
Actualmente se realiza un llamado a los profesionales de la salud aumentar la sensibilización sobre las atención otológica y audiológica y seguir las recomendaciones del informe mundial de la OMS sobre la audición 2021.
FUENTE: elmedicointeractivo