El auxiliar auditivo cuenta con sistemas de procesamiento que permite acondicionar las distintas frecuencias de sonidos graves y agudos. Esto hace que el oído de la persona que los usa identifique y ajuste la intensidad de los distintos tonos, según los resultados del estudio audiométrico que indican cómo oye una persona.
Una de las principales funciones de la adaptación de los auxiliares auditivos es que el usuario pueda comprender y mantener la comunicación verbal; por lo tanto, están diseñados para ajustar los sonidos de las frecuencias del habla. Los auxiliares auditivos están catalogados como un dispositivo médico clase II por lo que debe ser indicado y programado por profesionales de la audición.
En cambio, un dispositivo amplificador sólo aumenta la intensidad (el volumen) del sonido que ingresa al oído, sin distinguir entre frecuencias graves y agudas y, sobre todo, no propicia la identificación de sonidos de vocales y consonantes que conforman las palabras. Además, no es un dispositivo médico.
Dra. Silvia Adame Rodríguez
Dir. Innovación, Investigación y Desarrollo
BQL